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domingo, 22 de febrero de 2009

MICRORELATO SOÑADO



No sabía el lugar que ocupaba. Tampoco le importaba tanto. Si era para él también le daba igual. Se lo repetía mil veces sin pestañear ni un poco. Enajenado.Enajenado.Enajenado.Enajenado....

Silenciaba las palabras que aprendió de pequeño para recordarlas para su interior. Nadie le había dicho que tuviera alma por eso no rezaba. Los ángeles se le comfabulaban cada mañana para dejar paso a los demonios profundos de su cabeza. Eran otros, casi diferentes cada vez que se lo soñaba. La escalera de caracol se le ofrecía como una espiral vacía de tristeza. No tenía a nadie. Solo se tenía a si mismo. Por eso aprendió a abrazarse a si mismo dandose pequeñas palmaditas en su espalda. Se encontraba mejor , así se apreciaba más a si mismo. Lo demás que le decían los otros no contaba. Porque contar significa algo diferente , tanto como él mismo. Así estaba casi bien. Este casi era porque le faltaba siempre esa perrita que un día pudo tener y no quiso. La hubiera llamado Guirnalda o Bella flor ...por ponerle un nombre que le sonase a fiesta. Solitario se quejaba de todo sin embargo en compañía no decia ni mu. Bueno si se entiende que los quejidos que le salían de su boca ombligo eran tan profundos que nadie los escuchaba nunca. Su batalla diaria en el reino de los cielos le dejaba atontadillo largas horas sin apenas nada más que respirar. Ya se lo dijo su madre de pequeño : tu vas para loco. Efectivamente loco se quedo desde aquel instante que le pronosticaron su muro. El lugar donde ahora está ... acompañado de si mismo abrazándose todos los días y todas las horas para dejar de respirar en algun momento.

1 comentario:

Muriel dijo...

Qué duro, Xavier! Te lo aseguro. Me paso los días rodeada de locura, tanto que a veces no te das ni cuenta y pasa a formar parte de la "normalidad" cotidiana. La peor de las locuras es la locura consciente.

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